jueves, 2 de noviembre de 2017

Cuando la locura nos alcanzó...

Hola loquita. Es todo muy confuso y me cuesta trabajo poner orden en lo que pienso y siento, quizás porque cuando sentir y pensar se juntan a veces no están en la misma sintonía.
No quiero hacer de esto una carta de despedida, pero en el fondo tal vez lo es. Quizás sea más bien como una carta de salvación lanzada al mar dentro de una botella, pues no sé si llegara al lugar al que quiero.
Me siento muy confundido y con una mezcla de emociones de estos últimos días, momentos muy complicados e incómodos. Literalmente las últimas semanas he sentido cómo se ha instalado un muro a tu alrededor. Un muro invisible. Por lo mismo puedes decir que no existe, pero al quererme acercar a ti, me golpeo con él y te miro desde la distancia, con tu misma sonrisa y con esa actitud de que todo está bien, pero cada intento mío por tocarte me es imposible y de tanto toparme con ese muro comienza a doler, sobre todo en el corazón.
No tengo la certeza, pues sólo la tendría si me lo dijeras, pero hay mil y un pistas que has enviado de que has decidido tomar distancia de mí. No me lo has dicho, pero detalles como la falta de un "te quiero", "te deseo" o "te necesito" o hasta tonterías de que ya no recibo "panditas con corazones", me hacen sentir descontrolado, triste, enojado, desconcertado y cada día voy perdiendo la esperanza de seguir ocupando el lugar que tenía en ti.
La otra vez dijiste una frase como de "pues somos amigos, ¿no?", y me hizo sentir como en tiempos de la secundaria cuando te mandaban al carajo con el elegante "pero seguimos siendo amigos". Amigos lo hemos sido. De hecho sabes de mí cosas que nadie más sabe, me conoces en facetas que nadie más lo hace y tengo en ti una confianza como en nadie más. Quizás fuimos amigos incluso antes de que me enamora de ti... El problema es que cuando me enamoré de ti instalé un software all-in-one, que incluía la funcionalidad amigo, pero también la de confidente, la de amante, la de novio y varias otras free adds. Hoy cuando quiero utilizar el modo "sólo amigo", el software se vuelve loco, se desconfigura y comienza a hacer pendejadas.
Creo que entiendes a que me refiero...
Te quiero. Te quiero de una forma que llegó al nivel de amor. Nunca pensé que ese primer beso podría transformarse en algo tan fuerte, intenso, especial y hermoso como en lo que finalmente se convirtió. Me has hecho sentir emociones, sentimientos y pasiones que no había tenido oportunidad de conocer, y mira que a mi edad conocer algo nuevo ya no es tan sencillo.
Literalmente veniste a voltear mi mundo de cabeza y yo con toda la ingenuidad que aún me quedaba, me dejé ir, sin protección ni medidas de seguridad. Cuestión de personalidad. No sé vivir esto del amor de otra manera.
Pero el problema es que hoy todo esto que siento ya no tiene salida. Es un bomba y como tal en los últimos días me ha estado lastimando. Tuve tres o cuatro días de una rabia irracional en la que dos o tres veces estuve a punto de lanzarme a los golpes, pero también he sentido una tristeza que hace mucho tiempo no me acompañaba. Es una sensación como si mi día fuera gris aunque afuera haya sol y no poder abrir la ventana para que éste entre en mi habitación.
No me lo has dicho, como creo que hay otras cosas que tampoco has hecho. Como interpreto todo es que has decidido tomar distancia y que en ti ya no ocupo ese lugar que quizás algún día tuve. No me lo dices pero lo siento. Lo siento en tu voz, en el tiempo que dedicas a mí, en tu energía, en lo que dices pero sobre todo en lo que no.
Por ello estos últimos días tomé distancia, en particular para ver si hacías algo diferente, pero comienzo a pensar que esa distancia te viene cómoda y hasta adecuada. Me da la impresión de que sigues en comunicación conmigo sólo porque yo te busco, pero que si dejo de hacerlo, podemos dejar de hablar por un mes sin que para ti sea un problema.

Me hubiera gustado que lo hubieras hablado conmigo, sin duda, pero tampoco puedo forzarte a hacer algo que no quieres o que no estás lista para hacer. Quizás tu táctica sea de disuasión a través de la instalación de la distancia y la indiferencia.
Yo no estoy listo para separarme de ti, pero hace tiempo que he comenzado a verlo como una medida de supervivencia. No estoy listo para dejarte de querer. No estoy listo para ya no verte. No estoy listo para deshacer ese mundo particular que habíamos construido lleno de confidencias, de momentos, de risas y bromas, de fuego, de cariño y éxtasis. Pero quedarme ahí es también un suicidio.
Quizás estas palabras sean una última esperanza, aunque también son mi manera de dejar que el sentido común comience a entrar en mi loca cabeza.
Entenderé que si después de estas palabras continúa tu distancia, tu decisión de alejarte es un hecho.
Como lo dije antes, me hubiera gustado que me lo dijeras y que no te envolvieras en ese caparazón inexpugnable. Me hubiera gustado abrazarte y hacerte sentir lo que vibra en mí, ese cariño especial y esa pasión desbordada. Me hubiera gustado besarte y transmitirte ese amor que hay en mí por ti. Me hubiera gustado hacerte el amor y recordarte ese éxtasis que se apodera de nosotros cuando estamos solos, desnudos, amándonos.
Me hubieran gustado tantas cosas, pero pues "hay lo que hay". Y eso que hay en ti lo desconozco.
Desconozco si tú amor por mí se enfrió, si te cansaste de mí, si algo pasó en ti, si estás retomando tu relación... Y hay muchos "sis" con los que estoy enloqueciendo. Y sí, aún puedo estar más loquito.
Loquita. Mi loquita tan loquita.
Espero saber algo de ti. Y si no lo sé, también es una manera de saberlo, pero más sujeta a interpretación.
Bueno, esto es lo que pienso y siento y aquí dejo asentado.
Te quiero, desde Caminero hasta Pantitlán en metrobús en hora pico.