domingo, 17 de abril de 2016

Masticando las horas

Tu distancia es un vacío en mi pecho. Es un dolor constante que no ceja hasta el momento de volverte a ver.
Es estar sumido sólo en tus recuerdos pero recuerdos que no puedo tocar ni oler. Son recuerdos que me mantienen pero que duelen.
Es saber que no hay manera de estar juntos de la manera que quisiera. Es saber que tengo de ti sólo instantes, pero que esos instantes iluminan mi presente. Son rendía de luz que dan otro sentido a mi existir.
Y lo acepto. Acepto tenerte de esa forma pues no se extingue la esperanza de un día poder estar juntos de la manera que anhelo. Que seas mi mujer y yo tu hombre. Que compartamos un proyecto de vida, que durmamos en la misma cama, que tú rostro pueda ser lo primero que me encuentre al abrir los ojos.
Mientras tanto aprendo a manejar este dolor y estos celos que me carcomen por dentro, pero que se convierten en dicha en el momento en que vuelvo a tener tu mirada sobre la mía.
Y la única esperanza de la que me sujeto es que todas estas horas esté yo en tu mente y en tus deseos; en mi egoísmo espero que cuando lo estés amando, cierres los ojos y sea a mí a quien mires y sientas.
Y en tanto el día se agota, tomó fuerza para mantenerme cuerdo en espera de ese momento en que podré mirarte de nuevo, abrazarte sintiendo tu cuerpo y aspirar tu inconfundible aroma...

miércoles, 13 de abril de 2016

Tu llegada

¿Qué hacer cuando encuentras lo que siempre habías estado buscando en una mujer?
¿Qué hacer cuando además te enamoras de esa mujer?
¿Qué más puedes esperar si ella se enamora también de ti?
Y al tocarla sientes temblar el mundo a tu alrededor y al mirarla es como si el universo entero se disolviera ante ti...
Y al escuchar su voz tu cuerpo pierde la calma, tus labios tiemblan y el estómago se hunde en un agujero...
Y cuando la besas todo desaparece y sólo existe ella ante ti...
Y al abrazarla no necesitas nada más que ese contacto...
Y al recostarte a su lado el tiempo pierde dimensión...
Y al estar unido a su cuerpo descubres una nueva faceta de la felicidad...

¿Pero qué hacer si esa mujer perfecta llega en el momento inadecuado?
¿Qué hacer si tú, mujer perfecta, le diste un vuelco a mi vida de tal manera que ya no hay marcha atrás puesto que he dejado de ser el que era antes?

domingo, 3 de abril de 2016

Esta noche de silencio

Tanta distancia es simplemente devastadora. Es sentir que me falta una parte de mí. Es sentirme sin ti.
Ha sido como haber generado un abismo en el centro de mi pecho. Haber roto una esperanza que me mantenía entero.
Esa incertidumbre de no saber cómo será ese volver a estar contigo al vernos de nuevo, de cómo será tu mirada, de si habrá ese cariño que brillaba entre nosotros al mirar tus ojos, de si tu piel se sentirá encendida al sentirme cerca, o si por el contrario seré sólo una presencia cotidiana más.
Me mata este lugar de no saberte... Me lastima no sentirte y no poder encontrar hoy esa confidencia que nos unía...
Y sobre todo, me mata saber que esta noche estarás amándolo como yo quisiera poder amarte. Siento una daga en el pecho que me quema y me lastima.
Y me descubro sintiendo un cariño por ti con el que no sé qué hacer esta noche, pues te extraño y te necesito pero no hallo manera de acercarme a ti o al menos poder escuchar tu voz.
Y tendré que dormir con este hueco de incertidumbre que lleva tu nombre, tu voz y tus labios. Y de mis labios sólo escurre un susurro que dice te amo...