Es momento de izar velas. Hoy el viento sopla en dirección al lugar que me vio nacer y necesito descansar esta noche en el lecho de mi propia reflexión, pues mañana al despertar habré de quitar la hierba del campo y comenzar a arar para preparar el próximo sembradío, pues con la llegada del otoño me espera la mejor cosecha de esta década.
Me fumo el último cigarrillo y que la brisa del olvido se lleve el humo lejos. La ventana está abierta y mi mirada desafiante hacia el horizonte.
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