jueves, 15 de noviembre de 2007

Madrugada sin desenlace.

Hoy la noche me sabe a tristeza, me sabe a su ausencia. A una falta de un estar que aún no logro definir, pues aún no tengo cierto hasta dónde deseo llegar, así como desconozco hasta dónde he llegado en ese espacio de su conciencia..

Me siento de una forma que no me gusta estar. Pienso en ella y pienso acerca de lo que hay entre los dos. Algo efímero, abrstracto incluso. Y más efímero aún pues en este momento desconozco su pensar y su sentir con respecto a mí. Intuyo una lejanía que se va pronunciando. Una lejanía que ha sido el tenor de estos últimos meses. Pero la sensación es cercana, pues está aquí en mi pecho. Me duele en el rostro y en las manos... Y ella, lejos.

¿Qué es lo que existe entre los dos? ¿Cómo llamar a estos breves momentos de haber estado en un estado de éxtasis a su lado? ¿Cómo nombro a este sentir que se despierta ante su falta de presencia en momentos que quisiera llenar con su sonrisa, su rostro, su cuerpo, su voz ? ¿Cómo defino este deseo de sentirla junto a mí y olerla y tomar su mano mientras la noche va tomando mis sueños? ¿Cómo traduzco aquel en quien me convierto cuando estoy a su lado?

Preguntas sin respuesta, o al menos sin aproximaciones aceptables en esta noche. Noche que se va transformando en madrugada y que en ésta percibo el espacio vacío que no logro llenar a no ser que tuviera en estos momentos la sensualidad que estará derrochando esta noche a la distancia...

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