lunes, 2 de mayo de 2005

El Café de las Siete

Son las siete, y aunque con el horario de verano la noche se cuelga hasta las ocho, es a las siete cuando el café me sabe mejor, pues acompaño el aroma y el sabor de esta pasión con el color del cielo que se tiñe de color sorpresa y que el viento refresca y aleja cualquier problema del día y asienta mis alegrías... Puedo tomar café en cualquier horario sin temor a perder el sueño, pero que mejor que el de las siete.

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